sábado, noviembre 12, 2005

La innovación es una reacción química

El pasado jueves 3 de noviembre estuve en una conferencia sobre innovación. Enrique de Mulder exponía que la innovación es un compuesto: crece en un entorno. Yo no pude evitar la tentación de establecer mi propia analogía. La innovación es una reaccción (nominalizaciones al fin...). Sí, tenemos personas que son las que innovan. Ellas son los reactivos, y unas con otras interaccionan y permiten iniciar la innovación. Pero ojo: la reacción se lleva a cabo en un reactor que es la empresa. Un reactor hay que diseñarlo para que aproveche el mecanismo intrínseco de la innovación (una cinética) y, por ello, necesita un sustrato (la organización), una presión (los objetivos de la organización, del departamento, y del individuo), una temperatura (un ambiente competitivo y dinámico), y un lecho de catalizador (líderes con valores arraigados y con una visión clara del negocio). Melancolías de un ingeniero químico, al fin... pero una analogía interesante para explicar cómo se produce la innovación en las empresa.